No se trata de cambiar al otro…
Se trata de cambiar yo para aceptar al otro tal cual es.
No se trata de luchar contra la vida y las situaciones…
Se trata de aprovecharlas y crecer con ellas.
No se trata de decirles a los demás cómo hacer las cosas y cómo comportarse…
Se trata de respetarlos tal cual son.
No se trata de querer más…
Se trata de valorar lo que tienes.
No se trata de alejarte de lo que no te gusta…
Se trata de hacer que te guste.
No se trata de tener la razón…
Se trata de ponerme en los zapatos del otro para ver que su punto de vista.
No se trata de salirme con la mía…
Se trata de ceder.
No se trata de juzgar el error del otro…
Se trata de darle una mano para que salga de él.
No se trata de decirle al otro lo que hace mal…
Se trata de resaltarle lo que hace bien.
No se trata de que los demás me hagan feliz…
Se trata de ser feliz yo con la felicidad de los demás.
No se trata de compartir mis miedos…
Se trata de compartir mi entusiasmo.
No se trata de apegarme a las personas…
Se trata de soltar y conceder libertad total.
No se trata de ir en contra de la corriente…
Se trata de aprovecharla y fluir con ella.
No se trata de aprender o de entender…
Se trata de comprender.
A la vida no venimos a ser felices. Venimos a aprender.
Ser feliz es el resultado que se da cuando ya aprendiste. Es aprovechando las experiencias como lo vamos logrando.
No le hagas resistencia a la vida, mejor fluye con ella. Una mente flexible dispuesta a hacer cambios logra un gran aprendizaje, mientras que una mente rígida no aprende nada.