Entiende ya no estas enamorada de él
Eres una mujer tan madura,
responsable,
bonita...
tal vez no estás tan chichona
ni tan nalgona,
pero pues tienes lo tuyo.
Te respetan en tu trabajo,
les caes bien a la mayoría,
eres limpia,
mal hablada pero educada,
un chingo de vatos andan tras de ti,
incluso eres el ejemplo de muchas mujeres,
pero a veces estás bien pendeja,
ahí andas de arrastrada con el cabrón
que te manda a la v e r g a,
y ni siquiera es a la suya,
y te me rompes de nuevo
con la ilusa esperanza que mañana cambiará,
que tal vez tuvo un mal día y está estresado,
está cansado,
necesita un espacio,
un respiro a solas,
una parranda con sus amigos,
aunque allí estén sus "amiguitas";
esos son los pretextos que te
pones para no dejarlo.
Y tratas de tardar más en responderle
un mensaje cuando se acuerda de ti,
a ver si así se pone más atento,
o por lo menos sepa que te está perdiendo,
pero no lo nota,
y tú no puedes,
al minuto le contestas,
y él ya no.
Quitas tu foto de wassap cuando pelean
para que piense que lo bloqueaste,
a ver si así por lo menos te pregunta
que por qué hiciste eso,
pero ni siquiera se da cuenta...
o tal vez sí,
pero le vale madre,
porque sabe que volverás,
como siempre,
así lo acostumbraste.
Subes estados en el facebook
según tú muy feliz y animada,
fingiendo que no duele nada,
que estás en un bar,
o en algún otro lugar,
divirtiéndote,
riendo,
y subes las fotos con frases como:
"felices los cuatro",
"vuelta a la hoja",
o algún fragmento de una
canción de banda,
o un trozo llegador de algun escrito del
cabrón de Gustavo Hernández,
y hasta etiquetas a tus amigos para
ver si causas un poquito de celos en él,
te ves tan ridícula haciendo eso,
y lo peor es que no,
nada pasa,
no le importa
no tienes efecto en él;
no te da ya ni las buenas noches,
ni te pregunta cómo estás,
si ya comiste,
si ya te aliviaste,
si aquél imbécil ya no te acosa
ni se te queda viendo las nalgas al pasar.
Responde siempre con un "ok",
un "yo también";
si anda romanticón contesta con un pinche emoticón de besos o de ojos de corazón,
y si te llama,
una de dos,
o necesita algo,
o está borracho.
Lo ves en la madrugada en línea,
y te quedas también ahí,
sin hablarle a nadie a ver si te pregunta de perdida con quién chingados hablas,
para así sentirte algo importante o valorada;
o que ya es tarde,
que ya te vayas a dormir,
que tienes qué descansar.
Y así pasan los días.
No te das cuenta o más bien no te
quieres dar cuenta que ya no le importas,
ya pasó su ilusión,
ya fue.
Haz rechazado a mil hombres,
te has fallado para no fallarle,
y aún así hablas maravillas de él a
tus familiares o a tus amigas.
"Es atento",
"detallista", le dices;
"es el hombre perfecto"
y les presumes el regalo que te dio el año pasado cuando aún te "amaba",
porque te da pena que te digan
"ya vez, te lo dije"
"todos son iguales",
"¿pues no que era el hombre perfecto?".
Compartes los estados de las fotos
de hace tiempo con él,
para que todos no noten que
ya te dejó de querer.
Estás bien pendeja.
Perdón pero es verdad.
Cuando sabe que te está perdiendo te
llena los oídos con palabras bonitas,
"atención",
y nuevamente caes redondita.
Entiende:
ya no estás enamorada de él,
sino de lo que en su momento fue,
de los momentos bonitos que le guardas;
debes aceptarlo,
no te gusta ya su esencia ni su persona,
y lo sabes,
pero no lo aceptas,
ya lo acostumbraste,
y peor,
ya te acostumbraste tú,
a alimentarte de migajas,
a soportar su actitud,
su indiferencia;
estás disfrazándolo con una pantalla
de recuerdos que antes alegraban tu vida
para seguir viéndolo como el hombre ideal,
pero mi querida amiga,
date cuenta que él...
que él ya es un patán.
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