¿Alguna vez te sorprendiste diciendo “no puedo” antes de intentar algo? Esa simple frase, tan cotidiana y aparentemente inocente, puede estar ocultando una trampa mental mucho más profunda de lo que imaginamos. En realidad, cuando decimos “no puedo”, no siempre estamos haciendo una evaluación lógica de nuestras capacidades, sino que muchas veces estamos respondiendo desde un lugar emocional, guiado por miedos, experiencias pasadas o creencias limitantes que ni siquiera reconocemos conscientemente.
Esta reacción automática es lo que el psicólogo suizo Carl Gustav Jung definía como actuar desde el inconsciente. Su célebre frase lo resume de manera clara y poderosa:
“Hasta que no hagas consciente lo inconsciente, dirigirá tu vida y lo llamarás destino.”
En este artículo vamos a explorar cómo pasar del “no puedo” al “¿cómo le hago?”, una transición esencial para retomar el control de nuestras vidas, sanar heridas internas y abrir la puerta a una existencia más libre, consciente y feliz.
El Poder Invisible de las Creencias Limitantes
Las creencias limitantes son pensamientos que hemos asumido como verdades absolutas, muchas veces desde la infancia, sin detenernos a cuestionarlas. Pueden provenir de comentarios que nos hicieron nuestros padres, maestros o figuras de autoridad (“eso no es para vos”, “nunca vas a poder con eso”, “mejor no intentes porque te vas a frustrar”), o incluso de fracasos que interpretamos como señales definitivas de incapacidad.
Cuando repetimos “no puedo”, estamos reforzando esa programación. Es como tener un piloto automático emocional que nos desvía cada vez que intentamos salir de la zona de confort. Este patrón se instala en lo más profundo de nuestro inconsciente y condiciona nuestras decisiones, oportunidades e incluso nuestras relaciones.
Del “No Puedo” al “¿Cómo Le Hago?”
El cambio empieza en el lenguaje. Cambiar la frase “no puedo” por “¿cómo le hago?” o “¿qué necesito para lograrlo?” abre una puerta nueva. No se trata de negar las dificultades, sino de abordarlas desde otro lugar: uno más activo, curioso y resiliente.
Decir “¿cómo le hago?” implica que aceptamos el desafío, que queremos buscar soluciones, aprender y crecer. Ya no somos víctimas de las circunstancias ni prisioneros de nuestras sombras internas. Estamos asumiendo el rol de protagonistas de nuestra propia historia.
Este pequeño cambio tiene un enorme impacto en el cerebro. Al transformar el enfoque, activamos zonas relacionadas con la creatividad, la resolución de problemas y la motivación. Es decir, le damos a nuestro sistema nervioso el mensaje de que vale la pena intentarlo, que hay posibilidades, que podemos elegir un camino distinto.
Y si quieres descubrir cómo influir directamente en tu bienestar mental desde la biología, te recomendamos leer el artículo sobre cómo mejorar las Hormonas de la Felicidad, donde encontrarás técnicas simples y científicas para cambiar tu estado emocional.
Jung y la Sombra: La Clave Está en la Conciencia
Para Jung, el verdadero crecimiento personal requiere mirar hacia adentro. Él proponía que todos llevamos dentro una “sombra”: ese conjunto de aspectos de nosotros mismos que negamos, reprimimos o ignoramos. La sombra no es algo malo en sí misma, pero si no la reconocemos, actúa desde las sombras de nuestro inconsciente y controla nuestras decisiones.
Cuando repetimos “no puedo” sin cuestionarlo, estamos actuando desde esa sombra. Estamos cediendo el control a una parte de nosotros que no entendemos. Pero al hacer consciente ese patrón, al preguntarnos ¿de dónde viene esta respuesta? ¿qué me impide intentarlo? estamos empezando a sanar.
Este proceso requiere valentía, autocompasión y mucha honestidad. Pero es también liberador. Al comprendernos mejor, dejamos de vivir en modo automático y comenzamos a actuar con propósito y dirección.
Optimismo Consciente: Un Aliado Poderoso
Cambiar nuestro diálogo interno también requiere cultivar una visión optimista. Pero no se trata de un optimismo ingenuo o superficial, sino de un optimismo consciente, que reconoce los desafíos pero elige enfocarse en las posibilidades de superarlos.
La ciencia ya lo ha demostrado: las personas optimistas viven más, se recuperan más rápido de enfermedades y tienen mayor bienestar emocional. Si te interesa profundizar en este tema, no te pierdas nuestro artículo El optimismo es salud, donde exploramos cómo esta actitud puede transformar tu cuerpo y tu mente.
Una Invitación a la Conciencia
Volviendo a Jung, su mensaje central era claro: si no conocemos nuestro mundo interior, nuestras decisiones estarán condicionadas por él sin que lo sepamos. Y eso es lo que muchas veces llamamos “destino”. Pero cuando desarrollamos la conciencia, cuando nos atrevemos a cuestionar nuestros “no puedo”, algo se desbloquea.
Empezamos a ver que el miedo no es una sentencia, que la inseguridad no nos define, que nuestras heridas no tienen por qué determinar nuestro futuro. Empezamos a vivir con intención, a elegir con libertad, a crear nuestra vida desde adentro hacia afuera.
En resumen, transformar un “no puedo” en un “¿cómo le hago?” es un acto revolucionario. Es el primer paso para recuperar el poder personal, para salir del piloto automático y empezar a vivir con autenticidad. Porque cuando hacemos consciente lo inconsciente, ya no somos víctimas de nuestras sombras: somos los creadores de nuestro destino.
MENSAJE POSITIVO te acompaña en ese camino.
0 comments:
Publicar un comentario