El otro día una amiga me dijo "no entiendo esas cosas aburridas de la maternidad" y pensaba...
¿Que es eso que a ella le hicieron creer que es la maternidad?
Porque maternar no es nada parecido a la publicidad de Huggies, tampoco tener cochecitos, cunas y hacer baby showers. Maternar no es lo que muestra la tapa de revista con la famosa de turno y su bebé recién nacido, tampoco decorar una habitación y hacerte una ecografía 3D. Maternar no es un cliché, un slogan o una moda.
Maternar es mucho más profundo y primitivo. Maternar es algo onírico que deja huella en el alma. Es un asombro constante, el galope de un corazón lleno de amor vibrante.
Maternar es imperfecto y animal. Es abrazar tus fantasmas, tus miedos más irracionales que son, a la misma vez, la fuerza que te empuja.
Maternar es tocar la angustia con las manos para que crezca una montaña enorme y fuerte dentro tuyo. Es escuchar la sabiduría de cada una de tus células y dejar que arda de amor tu transformación.
Maternar es un laberinto, es un fundirte en el otro para perderte y volver a darte la bienvenida porque, en el mismo momento que nació un bebé, también, nació una madre.
¿Que es eso que a ella le hicieron creer que es la maternidad?
Porque maternar no es nada parecido a la publicidad de Huggies, tampoco tener cochecitos, cunas y hacer baby showers. Maternar no es lo que muestra la tapa de revista con la famosa de turno y su bebé recién nacido, tampoco decorar una habitación y hacerte una ecografía 3D. Maternar no es un cliché, un slogan o una moda.
Maternar es mucho más profundo y primitivo. Maternar es algo onírico que deja huella en el alma. Es un asombro constante, el galope de un corazón lleno de amor vibrante.
Maternar es imperfecto y animal. Es abrazar tus fantasmas, tus miedos más irracionales que son, a la misma vez, la fuerza que te empuja.
Maternar es tocar la angustia con las manos para que crezca una montaña enorme y fuerte dentro tuyo. Es escuchar la sabiduría de cada una de tus células y dejar que arda de amor tu transformación.
Maternar es un laberinto, es un fundirte en el otro para perderte y volver a darte la bienvenida porque, en el mismo momento que nació un bebé, también, nació una madre.