Chamuel, cuyo nombre significa “El que ve a Dios” o “El que busca a Dios”, es el arcángel del amor. Él ayuda a las personas deprimidas por la soledad o el desamor y fomenta en los seres humanos la gratitud hacia Dios y el amor incondicional y desinteresado. Dicen que, de entre todos los arcángeles, él es el más dulce y cariñoso.
El Arcángel Chamuel
Chamuel es uno de los siete grandes arcángeles o “príncipes del cielo”, él es el arcángel del Amor y se encarga de proteger los vínculos afectivos y de promover el amor incondicional hacia los demás, así como también la devoción, la gratitud y el amor hacia Dios. Chamuel representa la belleza que se logra mediante la consecución y expresión de la pureza del amor. Se cree que él es el más dulce y cariñoso de los arcángeles, que su presencia se manifiesta como las famosas “mariposas en el estómago” o como una especie de irradiación energética en el corazón; y, también, se dice que éste arcángel brinda su apoyo a las personas que sufren de desamor y soledad. Por el papel que se le otorga, Chamuel es el arcángel asociado al planeta Venus.
Su nombre significa “El que ve a Dios”, “El que busca a Dios”, o “Auxilio y fuerza de Dios”. Pese a eso, hay muchos nombres asociados a éste arcángel: Camael, Camiel, Camiul, Cancel, Jahoel, Kemuel, Seraphiel, Shemuel, Samuel, Haniel, Anael… En cuanto al significado más difundido de su nombre, que es el de “El que ve a Dios”, tiene éste la siguiente explicación mística: Jesucristo dijo “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8); ahora, el apóstol Juan dijo que “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (Juan 4:16); así, siendo Chamuel el arcángel que personaliza al amor, es evidente que su corazón está lleno de amor, y sobre todo de amor a Dios, dejando así de lado el amor al mundo y todo lo que se contrapone al amor a Dios, así como también dejando de lado al odio y todas aquellas cosas que se oponen al amor, ya que de lo contrario no podría ser el arcángel que personaliza al mor: entonces, en resumidas cuentas, acontece que Chamuel, por estar lleno de amor, está lleno de la presencia de Dios y puede verlo tanto en su interior, en tanto que está lleno de su presencia, como en su exterior, en cuanto que está libre de aquello que le impediría verlo, puesto que aquello que le impediría verlo es, en esencia, aquello que se opone al amor.
En cuanto a su rango entre los coros angélicos, pese a ser conocido como un “arcángel”, muchas fuentes lo colocan como el “Príncipe de las Potencias”. Por otra parte, se sabe que Chamuel es el director de todos los ángeles de la llama rosa, ángeles que combaten las fuerzas del odio, fomentan la gratitud hacia Dios, inspiran el respeto y el aprecio hacia la vida y sus diversas manifestaciones concretas (la paloma, el gato, cualquier ser humano) y animan a la Humanidad a desarrollar el amor incondicional, el amor a Dios y al Ser Interno.
A nivel de creencias presentes en el esoterismo de corte popular, Chamuel es también el arcángel de la tolerancia, la sexualidad, la adoración, la ternura, la dulzura, el encanto, la comunión afectiva y la estética espiritualizada, atribución ésta última a partir de la cual se le ha considerado regente de lo relacionado con el embellecimiento físico y la decoración.
Algunas tradiciones lo vinculan a Haniel, ángel que supuestamente transportó a Enoca al cielo, otras afirman que es el ángel del mes de diciembre y hay quienes dicen que habita el segundo cielo y que una labor suya es encargarse de las emanaciones sublimes que ascienden a Dios y provienen de las oraciones que llegan a través del primer cielo.
Finalmente y sobre todo a nivel de aquella corriente actual de metafísica que postula la existencia de las Siete Llamas y de los Maestros Ascendidos, existe la interesante creencia de que el arcángel Chamuel estuvo separado de las conciencias humanas por muchos siglos, siendo así que en todo ese tiempo el hombre no se podía comunicar con él. No obstante, también plantean que actualmente si es posible comunicarse con Chamuel y contactar con sus mundos espirituales.
Origen y confusiones
En términos generales, Chamuel se originó en el marco de la asimilación de ciertos elementos del zoroastranismo dentro del judaísmo. Aquello fue básicamente el resultado del largo exilio (597-538 a.C.) que la aristocracia judía sufrió en Mesopotamia. Y es que, en el fondo, no existían demasiadas diferencias entre el dios Aura-Mazda y el Yahvé-Elohim de los judíos, como tampoco entre los enviados Zarathustra (Zoroastro) y Moisés o entre el ordenado sacerdocio y la moral estricta propias de ambas religiones monoteístas.
Como producto de ese contacto el panteón de arcángeles judíos se amplió. En el comienzo solo se hablaba del “Ángel de Yahvé” o “Ángel de Dios”, del “Ángel de la Muerte” que asesinó a los primogénitos de Egipto y de tres ángeles sin nombre que aparecieron a Abraham y dos (sin nombre también) a Lot, siendo que solo después el Libro de Daniel (hecho justo en la época del exilio en Babilonia…) menciona los nombres de Gabriel y Miguel (Mikjael) y ciertos estudios cabalísticos muestran que los tres ángeles que se le aparecieron a Abrahan eran los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Así, antes del contacto con el zoroastranismo solo existían tres arcángeles judíos. Eran los persas quienes pensaban que el sol, la luna y las estrellas eran inteligencias angélicas y que el fuego y el agua tenían vida (no como tal o cual forma del fuego o del agua, sino como el fuego y el agua en general) y una especie de inteligencia: fue esa idea la que se filtró y transformó dentro del judaísmo, haciendo que luego se empezara a hablar del arcángel Uriel (“Luz de Dios”, “Ángel del Fuego de Dios”) en la línea persa del culto al “fuego sagrado”, del arcángel Zadkiel (“Justicia de Dios”) como arcángel asociado a Júpiter, de Remeiel, Ratziel y otros; y, desde luego y a imitación del culto a Anahita (divinidad persa del amor que habitaba Venus), del arcángel Anael o Haniel como “Regente de Venus”, siendo que actualmente se considera a Anael o Haniel como el mismo ser que Chamuel…
Ahora, en la época del sincretismo judío-persa aún el arcángel Chamuel (que en ese entonces era conocido como “Anael”) no era uno de los siete arcángeles principales. Fue recién con Pseudo-Dionisio (teólogo bizantino anónimo, siglos V-VI d.C.) que pasó a estar entre los siete grandes arcángeles que actualmente se conocen y, así mismo, fue con Pseudo Dionisio cuando se configuró de forma completa un perfil del arcángel semejante al que tenemos actualmente.
Las confusiones surgieron sobre todo después, a través de los siglos y las diversas producciones esotéricas en que se hablaba del arcángel, producciones éstas que muchas veces presentaban sincretismo entre diversas tradiciones o vaguedad en cuanto a sus orígenes. De ese modo, y sobre todo a raíz de los muchísimos arcángeles que nombra la Cábala hebrea, se fueron desarrollando los siguientes equívocos:
Por otra parte estaba Camael (“El que ve a Dios”), quien equivocadamente se ha visto como equivalente a Samael, un ángel malo cuyo nombre incluso significa “Veneno de Dios”. Mas en suma se suele considerar a Camael como la personificación de la justicia y la severidad, siendo visto como el arcángel de la venganza y nombrado como “Khemuel”, “Camuel” o “Chamuel”, entre otros.
Por un lado estaba Anael, un ser asociado al amor y al planeta Venus, un arcángel regente del segundo cielo y que se ha terminado viendo como equivalente a Haniel, Anafiel y Ariel, aunque aquellas identificaciones no sean ciertamente precisas pues en parte han respondido a un reduccionismo usualmente poco fundamentado.
Se dio sin embargo que las dos vertientes (la de Camael y Anael) de sentido anteriores se fueron mezclando en un sincretismo hasta cierta medida incoherente, ya que por el lado de Camael se tenía que el arcángel estaba asociado a la severidad, la justicia y la venganza (entendida como una forma de justicia), mientras que por el otro estaba asociado al amor y a la dulzura. Pero la mezcla resultaba también acomodaticia; ya que, si bien por el lado de Camael estaba la significación del nombre como “El que ve a Dios”, por el lado de Anael estaba la justificación (el amor) idónea del hombre a los ojos de la mentalidad cristiana. Es así que en la actualidad tenemos a un arcángel que se nombra de demasiadas maneras y cuyo perfil se suele presentar en general como un todo coherente resultante de la combinación de ciertos elementos originarios de vertientes de sentido distintas y de la supresión de otros elementos (también de vertientes distintas) para evitar la contradicción; aunque, en unos pocos casos, la contradicción no se ha evitado y se ha planteado inconsistencias tales como que Chamuel es ángel de la venganza y del amor a un mismo tiempo…
Esquematizando, se tendría básicamente que la confusión fue dada por la asignación a un mismo arcángel de los siguientes grupos contrapuestos (en virtud de sus significaciones) de nombres (los de mayor uso están subrayados): Anael, Haniel, Anafiel, Hariel/Chamuel, Camael, Khemuel, Camuel, Shamuel, Samuel
Pero sumada a esa confusión nominal se dio una agregación progresiva de diversos elementos que no existían en el origen, resultando que en la actualidad se ha llegado a decir cosas las siguientes: (al igual que los otros arcángeles…) tiene un complemento femenino llamado “Caridad” (una arcangelina…), y según algunos metafísicos del New Age incluso (al igual que los otros arcángeles) tiene sexo con su arcangelina; tiene como chakra asociado al chakra Anahata (cuarto chakra) o chakra del corazón; es el arcángel del rayo (o llama) rosa o rayo del amor; y, además, se puede solicitar su ayuda en hechizos para salir de la soledad, para que te quiera tal o cual persona que te ignora o de detesta, o incluso para cosas tan opuestas a la naturaleza angélica como lo es pedir para que sufra alguien que te ha roto el corazón…
Por todo lo anterior podemos concluir que Chamuel es casi de seguro una quimera, un arcángel imaginario que, el sincretismo y la vaguedad desplegadas durante siglos por las producciones esotéricas, han terminado instaurando en la angeología contemporánea y en aquella esfera del imaginario social propia del esoterismo popular. En otras palabras, Chamuel, Anael, Samuel o como quiera que se elija llamarlo, es una entidad que se ha formado por la agregación de características propias de diversos nombres cuyos orígenes se han olvidado parcialmente y cuyas fronteras se han difuminado.
El Arcángel Chamuel en el Cristianismo
La Iglesia Católica solo reconoce de manera oficial a tres arcángeles ya que solo tres se encuentran en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael. A Chamuel, junto con los otros arcángeles, no los niegan pero tampoco los afirman en el sentido de que dentro de la doctrina oficial sean referidos como seres efectivamente existentes. De igual forma sucede con las Iglesias Cristianas Ortodoxas: solo reconocen a Miguel, Gabriel y Rafael, dejando así a Chamuel en lo que se podría considerar como un espacio de indeterminación doctrinal.
Por su lado, en general las iglesias protestantes solo reconocen a dos (Miguel y Gabriel), habiendo incluso iglesias como la Adventista o Los Testigos de Jehová, las cuales dicen que Jesús y el arcángel Miguel son el mismo ser. Por ello, dentro de estas iglesias Chamuel quedaría despachado; aunque, en lugar de aceptarse su culto a nivel extra-oficial como en general suele hacer de forma tolerante el Catolicismo (en parte porque en cierta época la Iglesia Católica sí creyó en siete arcángeles), a nivel del Protestantismo esto podría ser censurado como “idolatría”.
Oraciones al Arcángel Chamuel
‹‹Querido Arcángel Chamuel, te amo y te bendigo. Y te ruego que me mantengas sellado en un pilar de llama rosa de amor y adoración a Dios hasta que se haga contagiosa a toda la vida que yo contacte hoy y siempre. ¡Te doy las gracias! Amén.››
‹‹En el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el amor de la estrella que anunció, que la gloria descendería a la Madre Tierra, y encarnaría al Hijo del Padre. En el amor de la creación que libera de toda duda, sobre la increíble majestuosidad del Arquitecto Divino. En el nombre del amor puro, encarnado por el sol y la luna. En el nombre del amor de la palabra, que hace crecer el verbo, y reproducir las cosas, con luz y conciencia propia. En el amor de la verdad, esperanza y maravilla, guía en el Santo Espíritu. Por todo lo nombrado yo te pido Señor, por la intercesión del arcángel Anael, bendición de Dios, que eleves mis palabras una a una, a la luz de tu infinita misericordia, para que humildemente sean escuchadas. Intercede ante el Señor, Anael, Príncipe del amor y la luz, para que operes, acciones y liberes toda la fuerza necesaria para la mejor resolución a esta petición que con todo respeto ahora realizo: (agregar aquí la petición).››
‹‹Amado Ángel Anael, tú que tienes el regalo más preciado en tus alas, que has sido bendecido con la energía rosada del amor universal, vuela hasta mi corazón y llénalo de tu energía divina, ayúdame a quererme a mí mismo, a querer a los demás. Quita la sensación de soledad de mi vida, hazme comprender que no estoy solo nunca, que me circunda el amor inmenso del Creador. Si es que lo merezco, que llegue a mi vida el verdadero amor y que lo pueda identificar. No me dejes caer en relaciones de maltrato. No permitas que yo le haga daño o hiera los sentimientos de nadie. Ayúdame cada día a ser un mejor ser humano y a ser instrumento de amor para la Humanidad. Amén››
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