Mucho se ha hablado de “despertar”, pero, ¿sabes lo que eso significa espiritualmente?
Despertar significa salir de la ilusión de quien piensas ser y volver a la verdad de aquello que somos originalmente.
Este es un trayecto muy corto, sin embargo, muy difícil, porque tú te identificas con aquello que piensas. Y no quieres soltar lo que piensas, porque si no pensases lo que piensas, ¿quién serías tú?
Pero este es también el camino más corto, porque ya está. Ya eres.
Lo que necesitas es llegar al punto donde lo que piensas es dudoso – por ser relativo. Percibe que un día pensabas de una manera, hoy piensas de otra y, posiblemente mañana pensarás de forma distinta.
Yendo más hondo: al final, ese pensar, ese sentir, ese conflicto de sensaciones y pensamientos va a acabar. El trayecto es corto. Llegará un día en que no vas a pensar más ni sentir. Y todo lo que creías que era verdad no tendrá valor ninguno.
Como dice un dicho chino:
“La vida es como un juego de ajedrez. Tenemos peones, alfiles, reyes, torres, caballos, reinas… pero, después del jaque-mate, todas las piezas vuelven a la misma cajita”.
Por lo tanto, no te ilusiones al respecto de las cosas que piensas y sientes.
Nota cuantas personas pasan la vida entera creyendo en cosas que son imaginarias, sin darse cuenta de aquello que es real.
Despertar, sin embargo, revela lo real en ti. Lo que no es imaginario. Aquello que no depende de los sentidos o de la mente.
Qué significa despertar?
Despertar significa salir de la ilusión de quien piensas ser y volver a la verdad de aquello que somos originalmente.
Este es un trayecto muy corto, sin embargo, muy difícil, porque tú te identificas con aquello que piensas. Y no quieres soltar lo que piensas, porque si no pensases lo que piensas, ¿quién serías tú?
Pero este es también el camino más corto, porque ya está. Ya eres.
Lo que necesitas es llegar al punto donde lo que piensas es dudoso – por ser relativo. Percibe que un día pensabas de una manera, hoy piensas de otra y, posiblemente mañana pensarás de forma distinta.
Yendo más hondo: al final, ese pensar, ese sentir, ese conflicto de sensaciones y pensamientos va a acabar. El trayecto es corto. Llegará un día en que no vas a pensar más ni sentir. Y todo lo que creías que era verdad no tendrá valor ninguno.
Como dice un dicho chino:
“La vida es como un juego de ajedrez. Tenemos peones, alfiles, reyes, torres, caballos, reinas… pero, después del jaque-mate, todas las piezas vuelven a la misma cajita”.
Por lo tanto, no te ilusiones al respecto de las cosas que piensas y sientes.
Nota cuantas personas pasan la vida entera creyendo en cosas que son imaginarias, sin darse cuenta de aquello que es real.
Despertar, sin embargo, revela lo real en ti. Lo que no es imaginario. Aquello que no depende de los sentidos o de la mente.