Ya había ocurrido en otras ocasiones, sin embargo este es quizás el más desafortunado. El fotógrafo Vasil Germanov ha sido el encargado de retratar una desagradable mezcla de glamour y drama en una de las revistas más vendidas en Bulgaria: un ojo morado, una garganta seccionada, una nariz rota, una cara quemada con ácido, una boca rajada al estilo Joker…
Ver a modelos con los rostros amoratadas vestidas con prendas de Valentino, joyas Galdini, peinados de cine y maquillajes cuidados al detalle, como si de una simple producción se tratara, resulta cuanto menos frívolo. No todo vale a la hora de llamar la atención.
“El sitio web de la revista 12 no parece ofrecer ninguna explicación sobre estas imágenes espeluznantes. La violencia contra las mujeres es un problema constante en todo el mundo. De acuerdo con la página de Amnistía Internacional, "todos los días, miles de mujeres y niñas son maltratadas y asesinadas por sus familias, violadas en los conflictos armados y atacadas por defender los derechos de las mujeres", explica el portal Yahoo.com.
Por su parte, la web de Fashionista, una de las primeras en reaccionar ante esta iniciativa, se preguntaba si este editorial de 12’pretendía ‘glamurizar’ algo tan triste y doloroso como la violencia doméstica.
Pese a lo impactante de la producción, la revista no ha dado ningún tipo de explicación sobre su objetivo; únicamente advierte a pie de foto sobre la dureza de las instantáneas. "Estas fotografías no se recomiendan a menores de 16 años, ni a personas con problemas de corazón".
El poder de las revistas femeninas
Desde hace varias décadas, las revistas femeninas ocupan un lugar clave: marcan las tendencias, influyen sobre la gente de la calle y deciden cuando algo está acabado. Pero usar esta posición de poder para tratar la violencia de género con tanta ligereza resulta alarmante. Al igual que en esta ocasión, el año pasado Tyler Shields fotografió a Heather Morris durante una sesión en la que aparecía vestida como una 'feliz ama de casa' con un ojo morado.
Por el momento ninguna asociación ha denunciado la producción de Vasil Germanov, pero lo más seguro es que las críticas no tarden en llegar. Algunos fotógrafos consideraran estas imágenes como arte, pero lo cierto es que se trata de instantáneas ofensivas que pueden herir la sensibilidad de las personas afectadas realmente por la violencia de género.
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