El éxito según Carlos Slim que anteriormente hemos visto en los consejos de Carlos Slim para empresarios, esta vez él define qué es el éxito para él y sus palabras son muy elocuentes.
EL ÉXITO NO ES LA MARCA DE TU CARRO SINO CUÁNTA GENTE TE SONRÍE - CARLOS SLIM
Cuando se le pregunto a Carlos Slim su definición sobre el éxito dijo “El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu garaje.
No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, o si las luces te siguen cuando lo haces. No es la tecnología que empleas. No se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tu ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo. El éxito… se debe a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.
Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños; de si tus logros no hieren a tus semejantes.
Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuantos te siguen si no de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, si no cuantos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de su conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.”
Cuando Jesucristo estuvo aquí en la tierra no se preocupó por cuan bien lucía o por cuanto poder o bienes acumulaba, pues sabía a la perfección que los logros materiales solo pueden ser temporales, su enfoque fue ir por el mundo sembrando la paz y las buenas nuevas y tener el amor de la gente fue su mayor manifestación de éxito.
En Mateo 6:19-21 nos dice No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; hagan tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Es bueno tener mucho dinero y ganar los grandes títulos, premios y medallas si es que están al servicio de la humanidad para bendecir la vida de las personas y hacerlas crecer y ayudarlas en este mundo; pero todo se tira por la borda si tu éxito va acompañado de egoísmo, falta de amor y compasión hacia los hijos de los hombres pisoteándolos en tu falso caminar.
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